viernes, 10 de marzo de 2017
De conversación con el orante
"Las confesiones son más claras que nunca cuando las revocamos".
(Franz Kafka, línea final de Conversación con el orante, 1909).
viernes, 3 de marzo de 2017
Biblioteca Kafkiana 1
Título
del volumen: En la colonia penitenciaria (In der Strafkolone).
Colección:
“Obras maestras de la literatura contemporánea”.
Nº
136. 136 pp.
Seix
Barral. Barcelona, 1985.
El
volumen contiene: “En la colonia penitenciaria”, “Una mujercita”, “Josefina la
cantora o El pueblo de los ratones”, “De la construcción de la muralla china”, “Descripción
de una lucha”, “El rechazo”.
Traductores:
J. R. Wilcok de los tres primeros relatos. Alfredo Pipping y Alejandro Ruiz
Guiñazú de los restantes.
El
volumen presenta algunos de los principales relatos de la obra de Franz Kafka. En
su momento, fue una de las pocas ediciones que incluía la configuración de “Descripción
de una lucha” como la hizo Max Brod. El libro pertenece a una legendaria
colección de libros muy perseguida por el bibliófilo, con algunos de sus números
casi imposibles de encontrar. Diríase que es una colección de culto entre los
lectores.
Sin
embargo, el volumen está repleto de erratas, la impresión abigarrada y su letra
pequeña dificultan la lectura. La traducción resulta trabada y algo alambicada.
Quizás algo mejor, en cuanto a fluidez, la del poeta argentino Juan Rodolfo Wilcok,
aunque suena anticuada en algunos aspectos. Aunque no se indica, por los
perfiles de los traductores, parece que las traducciones se han realizado desde
el alemán.
miércoles, 1 de marzo de 2017
Descripción de una lucha (noticia bibliográfica)
Trayectoria bibliográfica de Descripción de una lucha:
Título original: Beschreibung
eines Kampfes.
1908, fragmento publicado en el primer
número de la revista Hyperion.
1909, dos fragmentos en el número
final de Hyperion.
1912,
fragmentos y reescrituras en Contemplación (Betrachtung), primer
libro publicado por Kafka en la editorial Rowohlt Verlag, Leipzig —tirada de
800 ejemplares—.
1936,
versión definitiva editada a cargo de Max Brod en Schocken Verlag, Berlín.
No
son abundantes los estudios ni los análisis en español sobre Descripción de
una lucha de Franz Kafka. Al tratarse de un proto-texto, los críticos han
preferido centrarse en las obras cumbre del autor, dejando a un lado este
relato. Sin embargo, cabe destacar un trabajo:
“Descripción de una lucha
o el compromiso kafkiano con la literatura”, en Mundo Eslavo, nº 2, 2003
(pp. 179-193).
Este
texto también puede encontrarse en:
1.“El
problema de la comunicación y el concepto de realidad en Descripción de una
lucha: el compromiso kafkiano con la literatura”, en Sánchez Garay, E.,
Vanguardias y neovanguardias, México, Plaza & Valdés, 2003 (pp. 57-59).
2.
“Kafka y el cine. La estética de lo kafkiano en el séptimo arte”, en Biblioteca
Nueva, Madrid, 2011.
Descripción de una lucha
Una demostración de que es imposible
vivir
Debo
reconocer que Descripción de una lucha (Beschreibung eines Kampfes,
en su título original en alemán) sigue siendo un enigma para mí. Este breve
relato, primera publicación de Kafka, y que apareció en el número inaugural de
la revista Hyperion de Franz Blei, es el producto de una tremenda
batalla interior de su autor, de un tira y afloja con el texto, al que durante
años se enfrentó con intermitencias: Kafka comenzó la historia en 1904 y no la
cerró hasta el 1909, y el texto se alargó y achicó pasando de las 110 páginas
iniciales hasta las 58 definitivas. Esto muestra su total insatisfacción con lo
escrito y, posiblemente, su inseguridad respecto al trabajo literario.
La
extraña fragmentación que presenta Descripción de una lucha no sólo
resulta patente en sus reescrituras y en los continuos abandonos y
recuperaciones por parte de su autor. Si tratamos de seguir el texto,
editorialmente hablando, nos encontramos con dificultades, puesto que después
de ese adelanto en Hyperion, otras migajas del relato fueron apareciendo
en algunas otras publicaciones. Parece que le debemos a Max Brod la configuración
definitiva del trabajo tal y como ahora lo conocemos (sobre el año 1935).
Un
trabajo del profesor Leopoldo La Rubia (véase la siguiente entrada en esta
misma bitácora que hace referencia a la noticia bibliográfica de Descripción
de una lucha), incide en las influencias que pueden descubrirse en el
intrincado relato: un Kafka atravesado por el expresionismo y que aglutina sus
tempranas inquietudes filosóficas, lo que cristaliza en un trabajo que mezcla
vívidas percepciones de la realidad con momentos de ficción onírica, tal vez un
deslizamiento hacia la presencia de mundos paralelos y una extraña
reivindicación de la naturaleza o la vida natural en todo su esplendor y
poderío.
Pero…
¿de qué lucha se nos habla en Descripción de una lucha? No puedo evitar
dejarme llevar por la personalidad biográfica de Kafka, y cuando digo biográfica
me refiero a la máscara del autor que las numerosas biografías han
construido: un joven apocado y asustadizo, en permanente conflicto consigo
mismo y con todo lo que le rodea… Por tanto, la lucha a la que se refiere será
una lucha personal, una batalla individual y privada en donde afloran todas sus
inseguridades… y la estructura caótica y el sinsentido serían un reflejo de ese
mundo caótico al que se enfrentaba Kafka.
La
narración está escrita en primera persona, y eso degenera, rápidamente, en una
identificación de la voz narradora con la del autor. De este modo, al
aproximarme al relato cometo dos grandes errores. El primero, que ya he
mencionado, es dejarme impregnar del biografismo cuando siempre he abogado por
la autonomía del texto literario. Creo firmemente que un escrito puede
analizarse exclusivamente por lo que pone en él, por lo que encierra, sin
necesidad de buscarle salidas psicológicas o rastros de la vida del autor que
cuelguen de las palabras como jirones de carne putrefacta. El segundo error estriba
en una confusión entre narrador y autor, un vicio muy habitual en el lector
de domingo, si así queremos llamarlo, que cada vez que se topa con un texto
en primera persona escucha, de inmediato, al escritor susurrándole al oído sus
peripecias cuando, la mayoría de las veces, por no decir que en todas las
ocasiones (autobiografías incluidas) esto es un dislate.
Todos
estos condicionantes me llevarían a pensar, automáticamente, que el Kafka más
confundido, apocado y torturado, quiere mostrarnos su amargo tránsito en el
intento de encontrar una identidad personal que sea producto del roce de su “yo
narrador” con un entorno que no solo apenas comprende, sino que le resulta
terriblemente hostil. Pero abandonemos esta lectura, dejemos atrás sendos
errores, tratemos de reinterpretar Descripción de la lucha según algunos
de los parámetros del comparatismo y de la Teoría de la Literatura.
Entonces,
despojados de cargas biográficas y presunciones apriorísticas, sin la mascarada
del autor puesta en pie tras innumerables reconstrucciones de su vida, el
texto se presenta de una manera bien distinta: un artefacto literario, un mero
ejercicio iniciático, un juego primigenio, un balbuceo que muestra lo que el Kafka
escritor podrá llegar a ser. Un ejercicio que se enmarca en el seno de las
corrientes artísticas y de pensamiento de la época en que se pone en pie, que
se nutre y bebe de ellas, y cuyas marcas literarias se albergan en el
texto. Eso puede explicar, o al menos aproximar, una visión algo más clara de algunas
pequeñas piezas del enigma.
La
primera persona del relato no es una voluntad confesional ni un trasunto del atormentado
autor que necesitara gritarle al lector, mediante su trabajo literario, que está
soportando una gran incomunicación a causa de sus problemas de identidad y
desarraigo. Simplemente es un recurso fácil, si es que en Kafka existe algo
sencillo, de escritor primerizo. Como autor, sé muy bien que resulta mucho más
sencillo operar en primera persona que en tercera, al menos al principio y cuando
no se tienen ciertos resortes narrativos bien afianzados o, simplemente,
todavía se desconocen. Numerosos debuts de autores consagrados han venido de la
mano de novelas escritas en esa primera persona poco pulida. Los ejemplos están
en la cabeza de todos, y no es necesario abundar más en ello, pero quiero
incidir en que el resto de las voces de los otros personajes que aparecen en Descripción
de una lucha apenas consiguen una autonomía y una personalidad propias, es
decir, todas las voces suenan igual, como la del protagonista, y poco
importa que sea el Gordo o el Orante quienes se expresen: es el mismo discurso.
Creo que esto es una muestra de la bisoñez del autor en esos instantes.
Por
otra parte, nos topamos con esa desmesurada presencia de la naturaleza,
precedida de una visión urbana de Praga como ya no aparecerá después en la
narrativa de Kafka; los detalles del protagonista que deambula por la ciudad
están repletos de señales arquitectónicas, tanto, que se podría trazar un mapa
del paseo por las callejuelas y puentes de Praga, circunstancia que se queda
huérfana en el resto de las narraciones de Kafka, donde los localizadores
geográficos brillan por su ausencia. Esta intención urbana es necesaria
para el posterior estallido natural. Y el motivo radica en la
utilización de los últimos resquicios románticos por parte del incipiente Franz
Kafka como escritor, que se apodera de una especie de falacia patética en
el mejor estilo de Goethe en Werther, dado que la ciudad y la naturaleza
son meras extensiones de los estados de ánimo del protagonista. El protagonista
pasará de lo angustioso, encarcelado en el mundo urbano que se identifica con
su ansiedad, a momentos de conocimiento y explosiones del yo que se asocian a rotundos
momentos de plenitud en consonancia con la luna, los árboles o el monte. El yo
del protagonista experimenta una especie de peregrinación desde lo urbano a lo
natural en pos de una afirmación interna que solo será posible inmerso en los
paisajes arbóreos, ahí será cuando alcance su máxima expresión, y encuentre una
gran paz.
Por
último, el texto es herencia fiel de los movimientos artísticos de la época,
esa novelística del cambio de siglo, que acarrea los tics del romanticismo casi
periclitado y apunta elementos de fuerza expresionista. El intento
expresionista de deformar la realidad bajo un prisma subjetivo contribuye al
caos de la estructura narrativa, no exenta de irracionalidad. El absurdo
existencial de Kafka en este relato es el producto de todo esto.
Descripción
de una lucha es un ejercicio temprano de estilo de Franz Kafka. Aquí, desarrolla
gran parte de sus influencias, intenta algunos recursos narrativos como son los
insertos de unas historias dentro de otras al estilo de unas burdas cajas
chinas, y se basa en el binomio de experiencia-error para saber lo que funciona
y lo que no, literariamente hablando, de cara a futuras composiciones. Es un
ensayo general que, sin embargo, sigue albergando muchos misterios para mí,
como ese capítulo de tan terrible título: Entretenimientos o demostraciones
de que es imposible vivir. Aquí se encuentra el verdadero germen de la
novelística de Kafka, y es lo que me llena de dudas y provoca, quizás, que mis
razonamientos sobre la anterior aproximación a la interpretación del texto
salten por los aires.
O
tal vez no.
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